BioFerias, un ejemplo de comercio justo y economía solidaria en las ciudades del Perú
Entrevista a Silvia Wú Guin, Red Peruana de Comercio Justo y Consumo Ético
A propósito de la próxima publicación “BioFerias y Mercados Saludables estrategias en incidencia política para promover alimentación sana y consumo responsable bajo principios de una economía solidaria”, ¿En qué medida las BioFerias representan experiencias de comercio justo y economía solidaria?
Las BioFerias se constituyen en ejemplos de comercio justo y economía solidaria en la medida que en ellas se hace ejercicio de principios y valores que fomentan, por ejemplo, estabilidad de participación en condiciones asequibles para las/los bioproductores, alimentación realmente sana, segura y a precios justos para las/los consumidores, oportunidad para los municipios de alentar alianzas estratégicas para fomentar espacios de vida saludable para sus moradores. Y, en general, las BioFerias fomentan la existencia de modelos de comercialización cuyo objetivo prioritario es el bienestar de las personas por encima de las utilidades crematísticas.
¿Cómo comenzó la experiencia de las BioFerias en las ciudades de Lima y provincias?
Perú es un país en el que las ferias se desenvuelven en los pueblos de las provincias con el propósito que la población se abastezca con lo necesario cada fin de semana. En Lima, algunos distritos han reproducido tal costumbre con las ferias ‘De la chacra a la olla’ para promover la comercialización de productos de pan llevar ofertados directamente por los propios productores. A partir de esa tradición se forjaron las BioFerias, con la diferencia sustancial de ofertar exclusivamente productos ecológicos con garantía. La primera bioferia surge en diciembre de 1999, con la BioFeria de Miraflores, y por sus características, ganó aceptación entre la ciudadanía. A raíz de este éxito se han replicado en otros distritos limeños y al interior de Perú.
¿Qué dificultades más frecuentes tuvieron que enfrentar la implementación de las BioFerias en el contexto de la pandemia del COVID-19?
El primer obstáculo fue el cierre intempestivo y general de todo evento que congregara concentración de personas. Ante ello hubo una reacción inmediata de quienes tenemos la administración de las redes sociales para prevenir a nuestras/nuestros usuarios del cierre de las bioferia y -simultáneamente- difundir los teléfonos de las/los bioferiantes para asegurarles el abastecimiento semanal de sus productos ecológicos. La segunda dificultad se presentó con la escasez y los precios exorbitantes de los implementos básicos para asegurar la protección de quienes realizan los repartos a domicilio, como mascarillas, protectores faciales, alcohol. Finalmente, también se tuvo que superar la incertidumbre en cuanto a los trámites para lograr las autorizaciones de circulación de personas y con ello, asegurar que las/los bioproductores continúen con la tarea del abastecimiento. Varios de ellas/ellos padecieron el decomiso de sus documentos personales y su vehículo llevado al depósito porque las autoridades policiales desconocían el procedimiento correcto. Para recuperar sus documentos personales y su vehículo, las/los bioproductores debieron abonar multas onerosas.
¿Se puede afirmar que existe un movimiento de consumidores ecológicos en algunas ciudades del Perú?
En el año 2002, luego de varias reuniones de intercambio se formó el Comité de Consumidores Ecológicos (CCE), la mayoría usuarios de la BioFeria de Miraflores. Las mujeres y hombres, de edad variada y ocupación muy diversa, tenían un propósito común: el promover una vida sana y feliz con alimentación ecológica entre sus parientes y más allegados. Su satisfacción con la BioFeria de Miraflores les inspiraba a compartir con otras personas los beneficios y ventajas de una alimentación con productos bio. A las pocas semanas, el CCE consideró sustancial ampliar su radio de acción a muchas más personas, y gracias a ello, durante meses organizó charlas en diversos espacios culturales, y por varios años organizó Encuentros Nacionales de Consumidores Ecológicos. En Lima, este CCE ha contribuido definitivamente a la difusión y crecimiento del mercado ecológico de proximidad. Posteriormente, el CCE brindó charlas en diferentes provincias de Perú en donde propició que se formaran agrupaciones similares.
En su publicación se señala que las municipalidades apoyan las Bioferias en su respectiva jurisdicción a través de un convenio de cooperación interinstitucional. No obstante ello, ¿alguna municipalidad elaboró y publicó alguna ordenanza o norma que regule esta actividad?
Los convenios de cooperación interinstitucional sirven como un instrumento “formal” para respaldar la continuidad de funcionamiento de las BioFerias ante una eventual ausencia del alcalde (o el funcionario) que autorizó el evento. En otras palabras, la existencia de las BioFerias, a pesar de sus beneficios reconocidos y valorados, generan incomodidad a una minoría de personas, que a pesar de ser una minoría, tienen poder suficiente para forzar su cierre. Por ello se hace necesario lograr la suscripción de un convenio.
En setiembre de 2012, la Municipalidad Metropolitana de Lima promulgó la Ordenanza Marco # 1629 de Promoción de la agricultura urbana como estrategia de gestión ambiental, seguridad alimentaria, inclusión social y desarrollo económico local de la provincia de Lima, que si bien no “regula” la actividad de las BioFerias, si las promueve como vía de fortalecimiento y consolidación de la agricultura urbana en Lima.
¿Cómo dialoga esta experiencia de las BioFerias con los ODS adoptado por el Estado Peruano, particularmente el objetivo 12: Producción y consumo responsable?
Se trata de un diálogo fluido con perfecta sintonía ya que las BioFerias ofrecen productos obtenidos respetando y cuidando los recursos naturales conscientes que deben perdurar para las próximas generaciones. A su vez, al promover estos productos con cualidades especiales se estimula a que la ciudadanía adopte un consumo tanto responsable como saludable.
¿Cómo tendría que relacionarse las políticas locales de promoción de las BioFerias y mercados saludables desde los gobiernos locales con las políticas públicas nacionales como la Ley de Promoción de la Producción Orgánica o Ecológica en el Perú y la Ley de Agricultura Familiar y de Seguridad Alimentaria Nutricional?
Lamentablemente, habría que reconocer la inexistencia de “políticas locales de promoción de BioFerias y mercados saludables”. Si actualmente existen algunas BioFerias o mercados saludables es porque hemos podido identificar algún funcionario con visión y con deseo de promover bienestar para sus residentes.
En todo caso, sería ideal que los gobiernos locales fomentaran, por ejemplo, una seguridad alimentaria basada en productos ecológicos garantizados, es decir, una seguridad alimentaria más allá de la asequibilidad y la inocuidad “legal” que tolera programas sociales basados en el consumo de ultraprocesados. Con solo promover el consumo de productos ecológicos se estaría alentando la promoción de la agricultura ecológica, la agricultura familiar (sector que mayoritariamente practica la agroecología) y la seguridad alimentaria con productos realmente nutritivos.
¿Cuáles son las principales recomendaciones para replicar estas experiencias de BioFerias en otras ciudades de América Latina y Caribe?
Sobre todo conocer que este tipo de emprendimientos requiere la intervención de cuatro “pilares”: municipio, productores, consumidores y promotores En la medida que estos pilares unan sus esfuerzos, las BioFerias se consolidarán como espacios de promoción de un consumo saludable con comercio justo. A su vez, resulta vital que los emprendimientos del tipo BioFerias logren: una ubicación estratégica fija; amplia diversidad de oferta; precios justos para productores y consumidores; y una coordinación que resuelva la logística cotidiana y vele por la implementación correcta.